En el mundo del Derecho, existe una disciplina conocida como diseño legal, que aplica los principios del diseño centrado en el ser humano para hacer que los sistemas y servicios jurídicos estén más orientados hacia las personas, siendo más fáciles de usar y satisfactorios.
El diseño legal tiene tres objetivos principales:
Ayudar tanto a las personas sin conocimientos legales como a los profesionales del Derecho o el Diseño de Servicios.
Crear una mejor interfaz para el sistema legal, así como un mejor funcionamiento interno.
Trabajar para lograr mejoras a corto plazo y cambios revolucionarios a largo plazo.
En este contexto, para nosotras, existen tres partes interesadas principales: emprendimientos creativos, empresas de cualquier giro y profesionales del derecho.
Las empresas y emprendimientos se plantean la pregunta de cómo tomar decisiones más inteligentes, tener poder sobre sus relaciones con los clientes y comprender las complejidades de sus asuntos legales y las leyes que les aplican.
Para el profesional del Derecho, la pregunta es cómo ejercer su profesión de manera más eficiente y efectiva, brindando un servicio más enriquecedor a sus clientes.
El diseño legal busca aumentar la sabiduría, la capacitación y la toma de decisiones estratégicas.
Su objetivo es mejorar la comprensión de las personas sobre las normas y sistemas legales que las afectan, y empoderarlas para navegar por el sistema de manera estratégica e inteligente.
El diseño legal se enfoca tanto en la interfaz (front-end) como en el funcionamiento interno (back-end) del sistema legal.
En el front-end, utiliza los principios y procesos del diseño para crear interfaces y herramientas más accesibles, que permitan a los ciudadanos navegar de manera más efectiva en el sistema legal.
En el back-end, se utiliza la misma mentalidad y proceso de diseño para desarrollar sistemas y normas más intuitivas.
Ahora bien, ¿qué entendemos por diseño?
Es importante que las personas profesionales del derecho, comprendan su significado en este contexto. Muchas personas piensan que el diseño se trata simplemente de hacer que algo luzca más bonito, más pulido, mejor.
Para la mayoría, el diseño se reduce a la estética, como la elección de la tipografía, los colores o las plantillas de presentaciones en PowerPoint. Si bien la apariencia es un aspecto relevante en el diseño de algo, no es todo lo que el diseño tiene para ofrecer y, ciertamente, no es el núcleo de lo que realmente significa.
En su esencia, el diseño implica crear cosas intuitivas, atractivas, valiosas y amadas por las personas que las utilizan. En el contexto del diseño legal, esto significa desarrollar sistemas legales que sean comprensibles, accesibles y que satisfagan las necesidades y expectativas de las personas involucradas.
Es ir más allá de la mera apariencia visual y enfocarse en la experiencia y la utilidad práctica que se ofrece a quienes interactúan con el sistema legal.
E diseño legal busca transformar el mundo del Derecho en uno más centrado en las personas, donde los sistemas y servicios legales sean intuitivos, accesibles y valiosos.
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